25 sept 2008

Sms


Delante del ordenador, sin nada mejor que hacer, miro por el ventanal, el día está gris, oscuro, da pena salir a la calle... Las gotas de lluvia resbalan por la ventana... resoplo, intento encontrar algo que hacer... en estos casos la compañía de un buen amigo es esencial...
"Stoy sla n ksa...tiens plns? m aburro..." -- ENVIAR --

Voy a la cocina, cojo un vaso de agua y bebo. Suena el móvil, he recibido un mensaje... no me lanzo a por él, me tomo mi tiempo... una cosa es sentirse sola y otra muy distinta mostrar desesperación...
"Q plns m ofrecs tu? a lo mjr pued acr 1sfuerz..."

"Plns? ningno..slo mi cmpañia, t parec pko?" -- ENVIAR --

Enciendo la tele, hago zapping buscando algo interesante... Parece que lo más entretenido es la película de sobre mesa, esas que empiezan a las 15.45 y terminan a las 20.30...
Respondes al mensaje.
"N parce mla idea...n 15 min stoy alli"





No contesto, no tengo la intención de alargar más esa absurda conversación vía sms. Estoy tan acostumbrada a tus visitas que ni siquiera intento arreglarme... aún tengo el pelo mojado de la ducha, no me he puesto las lentillas, llevo chándal y calcetines... no me vuelvo loca revisando el armario para vestirme con mis mejores galas...
Miro la película, no me entero de nada... oigo el motor de tu coche.
Abro la puerta y te encuentro de frente. Buscas mis labios en un tímido beso, hago un gesto con la cabeza invitándote a pasar. Hace tiempo que acabamos con los formalismos, hay confianza suficiente como para evitar la típica conversación casual y sin sentido. Voy a la cocina a por un par de botellines, bebemos tranquilamente mientras nos ponemos al día de nuestras vidas.

La cerveza se acaba y con ella la conversación, las manos toman el control de la situación, las caricias se apoderan de nuestros cuerpos, los besos siguen sus pasos. Conoces mi secreto y el hecho de que pueda jugar con tu mente a mi antojo te encanta.
La lluvia cae con más fuerza, pero tenemos tiempo de sobra para esperar a que escampe. La tele sigue puesta, y nuestra posición ha cambiado. Ahora tu cuerpo está sobre el mío, tumbados en el sofá, dejándonos llevar por los instintos más animales... Mi camiseta te estorba, casi me la arrancas en tu afán por quitármela. Con una mano desabrochas mi sujetador, se te ve puesto en la materia... la otra mano se cuela bajo el pantalón y palpa sobre mi ropa interior, rozas suavemente y presionas, la humedad casi traspasa el tanguita...
Tus besos llenan mi boca, nuestras lenguas juegan, buscas cada rincón de mi boca, exploras con tus caricias mis pechos, mi espalda, a esas alturas tus dedos ya están mojados por mí, te detienes y me miras de arriba a abajo... En un movimiento rápido me quitas la poca ropa que me queda, calcetines incluídos.
Mis manos recorren tu pecho, acarician tu cuello, bajan por tu estómago y tocan por encima de tu ropa... Estás tan excitado que parece vayas a estallar, te desnudo despacio, deleitándome con tu cuerpo, sólo el segundero corre, haciendo que el tiempo pase... miro el reloj que cuelga de la pared y hago que se detenga, la imagen de la tele se queda congelada, las gotas dejan de caer y penden de un hilo invisible.


Te miro y sonrío, puedes ver mi picardía. -Ahora si...- Susurras. Termino de desnudarte, tu pene salta vigoroso, mis manos se apoderan de él, lo acarician, lo agitan... Te aparto de mí, te empujo contra el sillón y me pongo encima, entro despacio, lubricada... se te escapa un gemido, cierro los ojos, te brindo una vista maravillosa de mi cuerpo, puedes tocar, besar y acariciar cuanto quieras. Damos rienda suelta a nuestra imaginación, recorremos casi cada dormitorio, la cocina, la ducha... Empezamos una y otra vez, nos entregamos al deseo. Caemos rendidos sobre el suelo, la respiración aún está agitada, no dejamos de besarnos. Apoyas tu cabeza sobre mi pecho, los latidos de mi corazón te relajan, hago que el reloj vuelva a caminar, las gotas vuelven a caer, beso tus labios, apago la tele y nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente despierto a tu lado. Es hora de despedirse...
- Cuando te sientas sola, no dudes en avisarme.- Nos besamos y sales por la puerta. -No dejaré que pase mucho tiempo hasta la próxima tarde aburrida...- Al escucharme decir esto sonríes y desapareces en tu coche.

3 comentarios:

Clovis dijo...

Uy qué calentura!

Miguel dijo...

bonito mensaje, no falta de nada ... la próxima vez pondré un pequeño y tierno abrazo.

Anónimo dijo...

preciosa historia, tanto com debes serlo tu. POnnos una foto tuya...
besitos

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