Holaaa!!
Te adelanto la portada del libro, ¡que tendrá relatos para todos los gustos!
¡¡Muchas gracias 😊 por todo vuestro apoyo!!
Blog personal, con relatos de carácter erótico, guiños de humor y, en fin, todo lo que pase por mi cabecita loca.
Holaaa!!
Todos sabemos cómo acaban la mayoría de los sábado noche cuando se sale de fiesta. Pues yo no iba a ser menos.
Todos, quien más, quien menos, ha echado uno rapidito alguna vez en su vida, ¿o miento? Si, si no digo lo contrario, que no están mal. De hecho, los hay que son geniales, no se trata de cuánto duren, pero es que a mi, esos polvos, me dejan con ganas de más.
Pues hoy he tenido uno de esos (de los rapiditos, no de los estupendisísimos)
Todo totalmente premeditado. La conversación por whatsap ha sido directa y clara.
- Nena, ¿uno rapidito?
Pero es que yo no creí que se lo fuera a tomar tan al pie de la letra. Evidentemente, he aceptado la proposición. Porque sí, porque tenía ganas y punto. 20 minutitos de coche, que hoy me tocaba moverme a mi. Un polígono, y un coche.
Estáis en situación, ¿verdad?
Un beso, un par de frases cariñosas, un halago por mi nuevo look y cuando me quiero dar cuenta, su mano ya está bajo mi falda. Un mordisquito en la oreja que me hace exhalar un pequeño suspiro y ¡zas! El tanga por los tobillos.
¡Pero bueno! Este chaval es mago, ¿o qué? ¿Cómo lo ha hecho? ¡Pero si no me ha dado tiempo ni a darme cuenta! Pero es que eso no es todo. Un par de besos más y su dedo ya estaba dentro.
En un intento por hacer que se lo tomara con calma, me he agachado despacito y mirándole a los ojos, hasta tener a la altura de mi boca ese juguetito que tanto gustirrinín me da.
Si, señores! Adelante, pueden criticarme. Me gusta el sexo oral. Me encanta.
De hecho, ya no sé si me gusta por el placer que otorga o por simple vicio.
Pues ni con esas, ¡que no me ha dejado recrearme! Con un "ven, nena" me ha colocado de espaldas a él y ha remangado mi falda.
Hacia tiempo que no sentía el calor del capó del coche bajo mis manos. Y me gusta, porque a todos nos gusta hacerlo al aire libre. Da morbo, claro que si!
En un abrir y cerrar de ojos me he encontrado gimiendo y rompiendo el silencio de la zona. Porque estaba disfrutando de lo lindo, pero qué poco dura la alegría en la casa del pobre.
- Nena, córrete que no voy a aguantar mucho mas.
A sus órdenes, capitán. Lo he intentado, para qué negarlo. Pero la postura y la circunstancia no eran propicias. Me ha tocado fingirlo, si. Y creo que no se ha dado ni cuenta... Pobre. Sólo espero que no piense que ha sido el polvo de mi vida (que los hay de esos, encima. Pero eso ya, para ptra entrada)
Ha salido en un abrir y cerrar de ojos y ha terminado en mi boca.
Un detalle traer toallitas húmedas y agua para mi, cariño, las cosas como son.
¿El resto? No tiene importancia. Una charleta, cigarro incluido y sin darme cuenta le estaba preguntando cómo volver a casa.
Le perdonamos porque es la primera vez que me lo hace, ¿no?
Ea, ya me he quedado a gusto!
Besitos de buenas noches.
Para tener amigos así, ¡me quedo con mi vibrador!
Por fin nos callamos, y empezamos a besarnos como dos locos. Desabrochas mi camisa con prisa, mi bolso cae al suelo y se desparraman las llaves, el móvil, la cartera...
La falda ha sudido hasta la cadera, dejando libres mis muslos, que te rodean con fuerza. Cojo tus esposas, te miro con cara pícara, has captado la idea a la perfección. Esposas mis manos por encima de mi cabeza, estoy indefensa y sólo deseo que te aproveches de mí. Me penetras con fuerza, intento zafarme de las esposas para acariciarte, pero me es imposible, y eso me excita más.
Estoy perdiendo la cabeza, besas mi cuello, agarras mis caderas y me traes hacia tí.Acaricias mi muslo, recorriendo la pierna entera, las apoyas sobre tus hombros, sigues penetrándome, pellizcas mis pezones, juegas con ellos, te detienes para ver cómo endurecen, los muerdes, yo no puedo parar de gemir.
Terminas de quitarte la camisa, puedo ver tus abdominales bien formados, cierras los ojos mientras continúas en mi interior, sales un momento para darme la vuelta y ponerme a cuatro patas.
Con las manos esposadas, intento mantenerme, con cada una de tus embestidas me cuesta seguir en esa posición, mis pechos se sacuden, coges con firmeza mi pelo y echas mi cabeza hacia atrás. Giro la abeza buscando tus besos, nuestras lenguas bailan y se enlazan.
Vuelves a salir de mi para cambiar otra vez de postura, ahora soy yo quien te empuja, quedas tumbado en el sofá, me siento a horcajadas sobre tu miembro, de espaldas a ti, inclinada hacia adelante, marco el ritmo y la profundidad de la penetración, rozas mi entrañas, estoy caliente y mis músculos se contraen, dejándome sentir todo tu tamaño.
En el suelo, el movil no deja de parpadear y vibrar, no le hago caso, cierro los ojos y me dejo llevar por el placer que sube desde mi vientre. Estás aferrado a mi cintura, apretando tus dedos, marcándolos en mi piel.
Los dos anunciamos la llegada del ansiado orgasmo con un grito, mantengo la respiración y me quedo inmóvil para sentir el calor de tu cuerpo fluir por mi interior. Una risa nerviosa surje cuando noto tus palpitaciones, dando golpecitos en las paredes de mi cuerpo. Nos tumbamos relajados en el sofá, miro mi movil, que no hacía más que dar por saco.
¿Quién es? -preguntas. Fran, mi novio...- Nos quedamos en silencio mirando la pantallíta. Le miro de reojo y le beso. Guardo el movil en el bolso y me tumbo en el sofá. Nos quedamos dormidos. Cuando nos levantamos son las 21.14.
¡Mierda, nos hemos dormido!- Nos levantamos y nos vestimos lo más rápido posible, me despido de él con un largo beso, deseando que lo que ha pasado no cambien nada.
Llego a casa, Fran me espera impaciente, una bronca más. Me acuesto deseando volver a verte, la tensión sexual es palpable, y nuestras comidas juntos son cada vez más asiduas. Creo que mi relación ha perdido la chispa, pero contigo escapo de la rutina y vuelvo a sentirme como una quinceañera.
No contesto, no tengo la intención de alargar más esa absurda conversación vía sms. Estoy tan acostumbrada a tus visitas que ni siquiera intento arreglarme... aún tengo el pelo mojado de la ducha, no me he puesto las lentillas, llevo chándal y calcetines... no me vuelvo loca revisando el armario para vestirme con mis mejores galas...
Miro la película, no me entero de nada... oigo el motor de tu coche.
Abro la puerta y te encuentro de frente. Buscas mis labios en un tímido beso, hago un gesto con la cabeza invitándote a pasar. Hace tiempo que acabamos con los formalismos, hay confianza suficiente como para evitar la típica conversación casual y sin sentido. Voy a la cocina a por un par de botellines, bebemos tranquilamente mientras nos ponemos al día de nuestras vidas.
La cerveza se acaba y con ella la conversación, las manos toman el control de la situación, las caricias se apoderan de nuestros cuerpos, los besos siguen sus pasos. Conoces mi secreto y el hecho de que pueda jugar con tu mente a mi antojo te encanta.
La lluvia cae con más fuerza, pero tenemos tiempo de sobra para esperar a que escampe. La tele sigue puesta, y nuestra posición ha cambiado. Ahora tu cuerpo está sobre el mío, tumbados en el sofá, dejándonos llevar por los instintos más animales... Mi camiseta te estorba, casi me la arrancas en tu afán por quitármela. Con una mano desabrochas mi sujetador, se te ve puesto en la materia... la otra mano se cuela bajo el pantalón y palpa sobre mi ropa interior, rozas suavemente y presionas, la humedad casi traspasa el tanguita...
Tus besos llenan mi boca, nuestras lenguas juegan, buscas cada rincón de mi boca, exploras con tus caricias mis pechos, mi espalda, a esas alturas tus dedos ya están mojados por mí, te detienes y me miras de arriba a abajo... En un movimiento rápido me quitas la poca ropa que me queda, calcetines incluídos.
Mis manos recorren tu pecho, acarician tu cuello, bajan por tu estómago y tocan por encima de tu ropa... Estás tan excitado que parece vayas a estallar, te desnudo despacio, deleitándome con tu cuerpo, sólo el segundero corre, haciendo que el tiempo pase... miro el reloj que cuelga de la pared y hago que se detenga, la imagen de la tele se queda congelada, las gotas dejan de caer y penden de un hilo invisible.
Te miro y sonrío, puedes ver mi picardía. -Ahora si...- Susurras. Termino de desnudarte, tu pene salta vigoroso, mis manos se apoderan de él, lo acarician, lo agitan... Te aparto de mí, te empujo contra el sillón y me pongo encima, entro despacio, lubricada... se te escapa un gemido, cierro los ojos, te brindo una vista maravillosa de mi cuerpo, puedes tocar, besar y acariciar cuanto quieras. Damos rienda suelta a nuestra imaginación, recorremos casi cada dormitorio, la cocina, la ducha... Empezamos una y otra vez, nos entregamos al deseo. Caemos rendidos sobre el suelo, la respiración aún está agitada, no dejamos de besarnos. Apoyas tu cabeza sobre mi pecho, los latidos de mi corazón te relajan, hago que el reloj vuelva a caminar, las gotas vuelven a caer, beso tus labios, apago la tele y nos quedamos dormidos.
A la mañana siguiente despierto a tu lado. Es hora de despedirse...
- Cuando te sientas sola, no dudes en avisarme.- Nos besamos y sales por la puerta. -No dejaré que pase mucho tiempo hasta la próxima tarde aburrida...- Al escucharme decir esto sonríes y desapareces en tu coche.