10 dic 2008

La Despedida





No sé porqué pero aún mantengo la esperanza de que vuelvas a llamarme, de escuchar tu voz al otro lado del auricular, es una sensación extraña que me mantiene despierta y alerta en mi espera.Suena el teléfono, los latidos de mi corazón se aceleran, mi pulso falla y apenas tengo fuerza para coger el teléfono. Descuelgo y con voz temblorosa respondo - ¿diga?- Espero respuesta pero al otro lado no hay nadie… - ¿oiga? ¿Hay alguien?- se corta la comunicación, me quedo paralizada pensando que quizás eres tú, que sientes el mismo miedo que yo y que tampoco tú te atreves a dar el paso.Sacudo la cabeza intentando sacar esa estúpida idea de mi cabeza, pues sé que es imposible.



Me tumbo sobre la cama y abrazo a “Gordi”, el peluche que me regalaste, sólo puedo pensar en ti, soy incapaz de sacarte de mis pensamientos. En mi interior sólo tengo una cosa, tu nombre. Recuerdo cada una de las palabras que me dijiste al partir, ninguno de los dos sabía lo que iba a ocurrir. Cierro los ojos intentando dormir en vano, lo único que consigo es dar vueltas sobre las sábanas y girar sobre mí misma, las imágenes se suceden rápidas en mi mente, un estruendo martillea mi cabeza, las lágrimas ruedan por mis mejillas, me revuelvo de nuevo, intento chillar pero no tengo fuerzas ni para eso; el sudor frío resbala por mi frente, abro los ojos de golpe, en apenas unos segundos aquel momento pasó por mis recuerdos, me levanto y voy corriendo a buscar a mi madre, le cuento lo que me ha ocurrido y me ayuda a decidirme finalmente.


Ahora estoy aquí, es la primera vez que vengo a verte desde que pasó aquello, vengo a pedirte perdón por no haber venido antes. No puedo mentirte, ninguna excusa es buena para disculparme, lo único que puedo decir es que te echo de menos. El nudo de mi estómago va desapareciendo a medida que te digo estas palabras, pero el de mi garganta va en aumento… cada día me lamento por no haber permanecido a tu lado en aquel momento. ¡Aquella estúpida discusión! Quizás si no hubiera ocurrido no te habrías ido con ella, ahora todo es inútil, me has abandonado y nada puedo hacer para que vuelvas a mi lado, cierro los ojos intentando sentirte, todo es silencio a mi alrededor.


Leo la inscripción de tu lápida: “Nunca te olvidaremos – 29/03/86 – 11/03/04” esa frase se repite en mi interior miles de veces, una por cada persona que se fue contigo, me gustaría volver a tener 2 ó 3 años para no darme cuenta de lo que ocurre y poder así seguir viviendo en un mundo mágico, donde las únicas penas que existen es tener hambre o querer un juguete que sabes no te van a comprar, que esos sean los únicos motivos por los que llorar; pero ya soy mayor, y me doy cuenta de lo que ocurre a mi alrededor, sé que que las cosas no son tan bellas como se pintan y que, como en todo, siempre hay un precio que pagar.

El precio que tú pagaste y el de todas aquellas personas fue el más caro: LA VIDA.

2 comentarios:

Lydia dijo...

Me ha encantado... esas palabras que hablan de tantas esperanzas... de tantas cosas perdidas y de finales que no tienen remedio...

Maléfica dijo...

Gracias Lydia, como siempre, me alegra que estés al otro lado.
Echaba de menos volver por aqui y tu visita es todo un aliciente!!

Muuuack!!

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